Estandarte procesional con la Madre Santísima de la Luz
Antonio Segoviano (1879-1957)
Óleo sobre raso de seda
1910
Año de adquisición 2009
100 x 291 cm
El origen de la Madre Santísima de la Luz se remonta a Sicilia, Italia. Juan Antonio Genovesi, misionero jesuita, pidió a la Virgen que se le manifestara bajo una advocación que sirviera para acompañarlo en la misión y avivar los corazones de los fieles. Por medio de la oración, la Virgen se manifestó a una virtuosa mujer bajo el título de “Madre Santísima de la Luz” pidiendo ser retratada en lienzo. Su devoción se extendió en Italia y llegó a tierras americanas traída por los jesuitas de origen siciliano. La tradición señala que la imagen de la Madre Santísima de la Luz fue sorteada entre los colegios jesuitas de la Nueva España, resultando tres veces ganador el Colegio de Ntra. Sra. de la Soledad, de la Villa de León, Guanajuato, a donde arribó el 1732.
En el Estandarte procesional el pintor leonés Antonio Segoviano plasmó en óleo la imagen de la Madre Santísima de la Luz copiando al sagrado original presente en la Catedral Basílica y utilizando el raso como soporte. El estandarte se complementa con bordados de lirios o azucenas, flores que simbolizan de la pureza de la Virgen, y la leyenda “Madre Santísima de la Luz, ruega por nosotros”.